Imaginemos por un momento,
que vivimos en un lugar donde la realidad parece ficción y la ficción realidad.
¡Bienvenidos a Mundos paralelos! Les invito a todos ustedes a compartir
esta experiencia virtual conmigo.
Huida de Mundoflauta. (Ilustración Pupe) |
_ ¿Estáis listas para escuchar el
capítulo final, del cuento del abuelo?
_ ¡Sí papa! _ Respondieron
al unísono.
_ ¿Os lavasteis los
dientes antes de acostaros?
_ ¡Que sííí! No te pongas
pesado y comienza ya.
_ Pues bien; ...sutil
pero implacable, comenzó la invasión silenciosa.
No
pasó mucho tiempo, desde la firma del acuerdo de paz y libre comercio, para que
en la superficie del planeta “Mundoflauta”, se levantase el primer complejo
turístico de “Mercadopolys”. A este, le siguió un complejo residencial y otro
complejo del ocio, y otro, y otro… Así,
hasta formar un entramado de incesantes estructuras hexagonales. En un principio,
los aborígenes de "Mundoflauta" se alejaban de estas colmenas
“mercadopolyticienses”. Detestaban su bullicio, su atronador ruido y su mal
olor.
Después,
se instalaron las primeras fábricas de “Mundoriente”, donde si querían, podían
trabajar hasta los niños en turnos de doce horas. _No había nada más
dignificante que el trabajo_ les decían.
En
“Mundoflauta” no existía el dinero. Se crearon bancos del tiempo, donde los
aborígenes podían cambiar sus horas de trabajo, por créditos para los
centros de ocio de las colmenas de
“Mercadopolys”. Allí, podían asistir a los torneos de realidad virtual,
mientras degustaban las famosas “mercaburgers” acompañadas de “cokadopolys”, la
bebida de moda que hacía furor en toda la galaxia. También, podían aficionarse
al amplísimo catálogo de pastillas de la felicidad, o admirar los últimos
ingenios tecnológicos de “Mundoriente”.
Paulatinamente,
un número creciente de aborígenes, se abandonaron a los licores y excesos de
sus invasores. Las asambleas “mundoflauticas” dejaron de ser
concurridas y, los que resistieron en sus antiguas creencias y costumbres,
fueron confinados en reservas, para evitar el contagio intelectual con los
colonos y los aborígenes conversos,
Los
pilares de la sociedad “mundoflautica” se desintegraron. Su idílico mundo
estaba siendo sistemáticamente devorado por las nuevas ciudades. “Mundoflauta” se había
convertido en una sucia caricatura, en un decadente reflejo gris de su planeta
vecino. Había llegado la hora de partir. Los pocos resistentes que quedaban en
las reservas, construyeron en secreto un vetusto cohete y se largaron de aquel
condenado infierno, en que se había convertido “Mundoflauta”.
Cuentan
los viajeros, que esta misma historia se repitió en diferentes mundos, y que
desde entonces los “mundoflauticos”, vagan por el cosmos sembrando su rebelde
sabiduría.
Cuentan
los viajeros, que algunas gigantes rojas en su último estertor, se despiden con
una titánica explosión estelar, engullendo sus adyacentes mundos. Cuentan, que
de sus cenizas cual ave fénix, renacerá un joven sol, orbitado por nuevos
mundos que la raza errante sembrará.
Cuentan
los viajeros, que en una remota galaxia existieron dos mundos paralelos.
“Mercadopolys y Mundoflauta”.
“La imaginación
frecuentemente nos llevará a mundos que jamás fueron. Pero sin ella, no iremos
a ningún lado” Carl Sagan
PD: Quisiera dedicar
este modesto cuento, a mí abuelo, que tuvo que huir de su pueblo escondido en el interior de una tinaja, para evitar ser “paseado” por los fascistas; a los que murieron en
una cuneta, acribillados por las balas del odio, la cobardía y la ignorancia; a los
que yacen en una fosa común clamando justicia; a los exiliados; a todos los perdedores que
soñaron, un mundo mejor.