sábado, 10 de noviembre de 2012

La Memoria Inexcusable

Cientos de miles de desaparecidos yacen en las cunetas clamando justicia. Una democracia que se tenga por tal no puede asentarse sobre el olvido.
El día que en lugar de monumentos al fascismo tengamos museos sobre el genocidio franquista empezaremos a ser un país normal...

"La Sonrisa de la Dignidad" Foto de Paquita tomada el #27O durante el intento de "ocupación" de la Generalitat por los #iaioflautas  -->

A continuación, transcribo de oído algunos fragmentos de la mesa redonda.

René Pacheco, arqueólogo y director de las exhumaciones de la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH):
«Cada vez que se abre una fosa la ley de amnistía pone todos los impedimentos habidos y por haber.
Cuando trabajamos, la gente colabora y nos cuenta su historia en voz baja. El miedo persiste.
Los cuerpos deben estar donde los familiares decidan y no donde decidieron los asesinos.
Detrás de cada esqueleto hay una persona, detrás de cada fosa un crimen y unos familiares que sufren»
El discurso de René es muy emotivo y no tarda en arrancar los primeros aplausos de la abarrotada sala. Nos cuenta que se encontraba trabajando en una exhumación en Ciudad Real. Corría el gélido mes de enero y, preocupado por el frío, pidió al familiar que se marchase a casa, que cuando todo estuviese a punto pasarían a buscarle. El anciano se negó argumentando; "llevo casi 80 años esperando recuperar a mi padre. No le conocí. Este es el momento de estar con él" 

Carlos Jiménez Villarejo, ex fiscal anticorrupción y miembro de la Plataforma contra la impunidad:
«Se ha constatado el genocidio franquista, es un delito, son crímenes contra la humanidad y no prescriben. La justicia y los jueces deben actuar.
Hay una política (PP-PsoE) decidida en obstruir cualquier actuación con respecto a la memoria histórica y las fosas.
Ante la pasividad del Estado y los fiscales sobre las desapariciones forzosas, hay que ser pertinaz, persistentes e incluso impertinentes.
Pone los pelos de punta que en 33 años de democracia no se haya reconocido la dignidad de los desaparecidos»

José Saramago: "Hay que recuperar, mantener y transmitir la memoria histórica, porque se empieza por el olvido y se termina en la indiferencia"

Quiero dedicar este modesto relato a los familiares de los desaparecidos y a todos aquellos que trabajan por la recuperación de la memoria histórica.

Bajo el roble

Como tanta veces había hecho de niño, me encaramé al viejo roble de la colina del cementerio. En su corteza perduraban las cicatrices abiertas por las balas. Junto a sus raíces el eco del juramento que iba a quebrantar.
Afianzándome a horcajadas sobre la recia rama, contemplé cómo se desvanecía la bruma bajo la torre del campanario. Tras veintidós años de ausencia, tuve la sensación de que el pueblo permanecía anclado en el pasado.
Eché un último vistazo al tejado de la escuela y descendí del árbol. De rodillas, comencé a escarbar desterronando la tierra húmeda con las uñas. Había llegado la hora de hacer justicia...

9 comentarios:

  1. Una aclaración: las dos fotos centrales están tomadas en la exposición. La del árbol la hice el año pasado.
    Me quedé con ganas de plantarle un par de besazos a Paquita, la timidez me puede. Espero resarcirme próximamente...

    ResponderEliminar
  2. Miguel, me ha gustado mucho tu entrada. Te doy toda la razón en que no seremos un país decente hasta el día que nuestro territorio esté libre de monumentos y recuerdos a fascistas genocidas, y el único recuerdo del genocidio permanezca en museos dedicados a su memoria, como ocurre en Alemania y en otros países normales. Mientras llega ese día, espero que pronto, iremos pensando los nombres de las calles que sustituirán a los nombres actuales como "General Yagüe" y otros, repartidos por nuestra geografía (una sencilla búsqueda en Googgle maps hoy revela la existencia de 15 localidades, entre ellas Madrid, que aún tienen en su callejero una calle dedicada al famoso genocida de Badajoz).

    Salud y megapraxis!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Entre otras cosas a eso me refería. No me imagino Alemania con su callejero repleto de Goebbels, Eichmann y compañía...

      Gracias por aportar tu acertado comentario.

      Salud y un Abrazo!!!

      Eliminar
  3. Ayer, creo que te RT, pues me gustó mucho tu escrito.
    Tienes toda la razón del mundo, mientras una sola persona esté sin reconocer, no seremos un país digno de la humanidad.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  4. Francamente un buen artículo y un acertado relato Miguel.

    De este tema habría mucho de que hablar y dejar correr ríos de tinta. Pero, básicamente, el problema radica en la visión de este tema que se dió en la Transición. La Transición lejos de ser perfecta -tal como se nos ha querido vender desde entonces-, tuvo numerosas lagunas y una, fue precisamente esta, su Ley de aministia, etc.

    En cualquier caso y con la serenidad, quizá, que aporta la edad, los que hicimos aquella Transición, nos echamos a la calle, corrimos delante de los grises y, además los que nos enganchamos en más de una ocasión al megáfono de turno, al final tuvimos que "tragarnos" muchos sapos si queríamos que la democracia saliera adelante.

    Y uno de esos "sapos" fue precisamente ese, permitir que tanto los crímenes de cuarenta años de dictadura quedaran impunes y que, incluso, los que estuvieron torturando a tantas personas hasta el último segundo del régimen se fueran de rositas.

    Creételo Miguel que la presión del ejército, en aquellos momentos era enorme. Tan enorme que al margen del conocido 23F hubo numerosas intentonas de golpe de estado y otras tantas que a buen seguro no nos enteramos. Pero sí, fue un error. Tanto que permitió que con esa actitud chulesca que siempre caracterizó a estos personajes, auténticos valedores de la dictadura, siguieran campando a sus anchas por nuestras calles y nuestras plazas hasta el mismo día de hoy. Tanto que, los que quedan y alguno de sus herederos, se han acabado haciendo fuertes y con una rabia inusitada en el TDT Party.

    Como no quiero extenderme demasiado te cuento para acabar una historia real y casi paralela a la nuestra: Jacobo Timmerman, era el director de La Opinión, un prestigioso diario argentino durante la época de la dictadura militar de ese país en la década de los 70. Si bien en un principio justificó, en cierto modo, el golpe, cuando se dió cuenta de la barbarié que se estaba cometiendo lo crítico abiertamente, tanto que fue secuestrado y torturado por los efectivos del régimen. Sobrevivió, pero cuando el presidente Menem dicto la Ley de Punto Final que ponía fin a los delitos de la dictadura años más tarde y excarceló a sus responsables tuvo que cambiar de casa y de barrio... para no coincidir en el mismo supermercado con aquel que le torturó.

    Un saludo y perdón por la extensión.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias J. Felipe por compartir tan excelentes reflexiones. No dudo que en aquel entonces no se pudiese hacer otra cosa, mas ya va siendo hora de revertir esta lacerante injusticia.

      Un Abrazo!!!

      Eliminar
  5. Miguel
    Lo ves ??? Siempre lloro!!
    Ayer vi un repor en Tv2 sobre la Maleta Mejicana.
    Hubo un espacio dedicado a exhumaciones de tumbas..
    No olvidamos, no perdonamos... Sobretodo a quien aún hoy habla de que ambos bandos hicieron fechorías y mejor dejarlo.
    Sí , para ellos es fácil... Son los herederos de los afectos al régimen fascista que siguen campando por doquier ... Para otros (los nuestros) solo es una cuestión de supervivencia emocional y de justicia vital el esperar al lado de un terruño para ver si al acabar de excavar es su familiar el que esta ahí y así poder recuperar su vida ... Viva la Republica que nos quitaron !!!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Cris por compartir tu reflexión.

      Un Gran abrazo!!!

      Eliminar