jueves, 24 de octubre de 2013

Homo Consumus

La sociedad de consumo mató la conciencia de clase. Confundimos progreso con crecimiento económico.
Quizá uno de los mayores logros del capitalismo es habernos hecho creer que no es una ideología.
Tenemos el Mal infiltrado hasta los tuétanos, el engaño nos ha engullido.
¡El Homo sapiens se extingue en favor del Homo consumus!


Hegemonía cultural y censura por saturación y desplazamiento


Inundan pantallas, librerías, quioscos... Con obras que celebran el estilo de vida capitalista.
El modelo económico y elitista neoliberal ocupa prácticamente todo el espacio intelectual y cultural de esta sociedad y de esta época.
El control psicológico, los latifundios mediáticos, la tergiversación de las palabras, la exaltación del yo... lo colectivo muere más allá de nuestra vidas internautas de cartón piedra.
Los zombis sistémicos pululan por doquier: los proletarios y chavales del inframundo ya no son conscientes de su clase, en cambio, anhelan imitar a los "hijos de papa" a los que otrora despreciaban. En tiempos de "bonanza y ladrillo" era frecuente verlos con sus flamantes BMW de segunda o tercera mano.
La Alienación cultural llega a tal extremo, que hay parados, hijos de obreros emigrantes y nietos de mineros, votando a las derechas. Buena parte de los votantes del Partido Popular ¡son clase obrera y no lo saben! Si hasta es frecuente oír hablar de "mercado laboral" a los dóciles dirigentes de los sindicatos mayoritarios.
¡Qué no! ¡Qué no somos mercancía, oigan!
La mercantilización de la sociedad es directamente proporcional a su deshumanización.

La lucha por la igualdad: un concepto caduco e insostenible


En este modelo neoliberal que nos imponen, se asume la desigualdad como algo natural y la solidaridad se reduce a caridad (Mariano Rajoy 1983: «La desigualdad natural del hombre viene descrita en su código genético»). Podríamos poner ejemplos similares de otros gerifaltes de distinguida prosapia, como Jordi Pujol, Artur Mas...etc.
Una vez aceptada esa desigualdad que no es genética ni natural sino consecuencia del capitalismo, nos arrojan a eso que llaman cultura del esfuerzo: "que cada cual se busque sus habichuelas, si alguien sufre carencias es porque no se esforzó lo suficiente." Pero ¡ojo! es una carrera amañada. Nunca fue lo mismo para pobres que para ricos.
Todo lo anteriormente expuesto junto con el despiadado saqueo de lo público, en especial la educación, la sanidad y las pensiones, forman parte de la estrategia neoliberal para justificar los privilegios de las élites y perpetuar el sistema capitalista.

La sociedad que viene


Según certifica la historia, la solidaridad y la cooperación nos han llevado a grandes logros. Por el contrario, el individualismo y la competitividad nos abocan a la barbarie.
En esta degradación colectiva, vuelven a brotar los viejos prejuicios étnicos. Contemplamos atónitos el resurgir del fascismo y el racismo en toda Europa. Esos suburbios que antaño fueron granero de votos comunistas, hoy son caladeros de la derecha y la ultraderecha (véanse los casos del Front National, Amanecer Dorado, García Albiol en Badalona o incluso el chovinista discurso de ERC-CiU).

¿Evitaremos el desastre o partiremos nuevamente de el?

La rebeldía ante la injusticia y la opresión también son cualidades inherentes al ser humano.
Quién sabe, cualquier noche de estas sale el Sol.

«Se trata simplemente de nuestra supervivencia, de no dejarnos destruir por los dueños del dinero.» Cuarteto para un solista - José Luís Sampedro