miércoles, 18 de noviembre de 2015

El vientre del anarquista (IV)

Abandonar tierra firme de vez en cuando. Mecerme en el viento y con él, batirme, sabiéndome pequeño. 
Sabiendo que la derrota está servida de antemano, pues la gravedad acabará imponiendo su ley. Al caer el sol.
¡Ah! Pero que dulce es la lucha cuando el viento ulula a través del suspentaje y la emoción corre libre por las venas.



(Pilot: @15Mmikel)