Y en eso que pierdes tu vuelo,
tu vuelo de regreso a la normalidad.
Y aunque esta no sea la panacea
ni mucho menos, es tuya, te espera.
Y en eso que pierdes tu vuelo.
Llegaste tarde, ¡24 horas tarde!
Te dicen: "confundiste el día."
Y se te queda una carita de gilipollas...
"Y no hay más vuelos hasta mañana."
Y el prohibitivo importe de los pasajes,
casi me hace llorar
al filo de la media noche.
Dejamos atrás el aeropuerto,
fronterizo, desierto.
Enmendado el despropósito,
con humildes billetes de barco
navegamos entre espumas,
rumbo a las Barcelonas.
Y digo yo, que quizá por ser prematuro,
por aquello de compensar,
siempre hago tarde, a veces hasta pronto,
en cualquier caso, la contaste;
siempre fue a destiempo.
Y en eso que pierdes tu vuelo.
Y que... ¡Y qué bonita está la mar!
Entre azules infinitos
al viento el pelo alborotado.
Crónica poética vitalista. La eterna canción del Ulises que se soprepone a lo intempestivo y anormal. Muy divertido el contraste entre el lirismo del último verso y lo prosaico de esos pinreles asomados al fresco del mediterráneo a la espera de inspirar una oda a los pinreles.
ResponderEliminarGracias Gabriel.
EliminarPues tomo nota para las musas: "Oda a los pinreles" en inspiraciones pendientes... ;)